En ese momento te devorabas el artículo como si no hubiera mañana, deseando que la fecha de lanzamiento de dicho juego llegará ya, de inmediato, lo platicabas en la escuela o con tus amigos de la calle, preguntándote, ¿Cuándo llegará? ¿Qué niveles tendrá? ¿Tendrá personajes ocultos?. Todos nos debatamos, afirmando que un “primo” u “otro amigo” te dijo todo lo que vendría por que vive en los estados unidos.
Fundamentalmente esa era la mecánica de los años dorados, te enterabas de la salida de un juego y esperabas la fecha de estreno del mismo, tal vez, podrías ir a una tienda departamental o de especialidad a jugar el demo, pero solo eso, no había trailers o gameplay, también stream en vivo, Todo el Hype residía en esa sola imagen que viste en la revista o en el poster promocional de la tienda. Una vez con el juego, estabas feliz solo de jugarlo, no había logros, marcadores o skins, solo tú, el control y una aventura por descubrir, así nos acostumbró la gran N y claro también el play.
Regresando a nuestro mundo hiperconectado y de satisfacción instantánea, no hay esquina que no esté cubriendo el nuevo lanzamiento del ruedita 28, o del aro 32, cada día somos bombardeados con anuncios de compra, con botines de colección, con premios por preordenar el juego o solo por conectarnos tal día, toda nuestra voluntad es embotellada y dosificada hasta el dia del lanzamiento.
Cada lanzamiento de un nuevo juego viene acompañado con una campaña de marketing dentro y fuera del reino digital, claramente esta campaña es necesaria para girar tantos ojos como sea posible, y si se tienen que “embellecer” las cosas para que eso suceda, que tanto mal podría hacer.
Por eso vemos juegos que incluyen mecánicas descabelladas, un sin fin de historia para complacer a cada ámbito de la sociedad, todo enmarcado en una bonita palabra llamada “inclusión”. pero por cada historia, por cada línea de diálogo, o simplemente por cada polígono de más, el desarrollo se extiende días o meses. Cuando finalmente el juego sale, la primera semana de reseñas es crucial para el futuro del juego, ya que muchas veces depende de esta semana, si la desarrolladora o la distribuidora siguen invirtiendo en la franquicia.
El hype es un ente desmedido que no se puede controlar ya que está en la cabeza del jugador, es ese horrible cosquilleo que te incita a buscar más de juego, a enamorarte del juego, y finalmente, decepcionarte del juego.